Ondas acústicas que llevan energía a los puntos dolorosos y tejido musculoesquelético con condiciones agudas y crónicas.
Estas ondas son capaces de producir un efecto mecánico inicial sobre el tendón o el hueso, impulsando la cicatrización a partir de la estimulación de nuevas células (células madres propias), la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) o de hueso.