El movimiento es mucho más que la actividad física; es la base de un estilo de vida saludable y un catalizador fundamental para la salud en todos los niveles: es medicina para el cuerpo y el alma.
Si hablamos desde un punto de vista fisiológico, el movimiento ejerce efectos profundos y positivos en tu cuerpo, influenciando no solo en la salud general, sino también remodelando su estructura interna pues desencadena una cascada de respuestas fisiológicas que impactan positivamente en tu salud.
A nivel celular, la actividad física regula la expresión génica relacionada con la mejora de la función mitocondrial y la producción de enzimas antioxidantes, lo que promueve la salud celular y la longevidad y la actividad física la podemos dividir en aeróbica y de fuerza.
El ejercicio aeróbico, como correr o nadar:
- Aumenta la capacidad cardiovascular y pulmonar.
- Estimula el corazón para bombear más eficientemente.
- Fortalece los músculos.
- Mejora la eficacia del intercambio de oxígeno en los pulmones.
El entrenamiento de fuerza, como el levantamiento de pesas:
- Estimula el crecimiento muscular, mejorando la fuerza y la resistencia. Previene el envejecimiento.
- Previene la sarcopenia y la osteoporosis.
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
- Reduce el riesgo de cáncer de mama debido a la reducción de los elevados niveles de estrógeno relacionados con la enfermedad.
- Mejora la composición corporal.
- Mejora el desempeño en la realización de las actividades de la vida diaria.
- Mejora calidad del sueño y el estado de ánimo.
Recuerda además que El MOVIMIENTO EN GENERAL CONTRIBUYE A MANTENER UNA BUENA POSTURA SIN ESFUERZO y una postura saludable no solo previene dolores y contracturas de la espalda, cuello y hombros sino que también mejora la función del aparato circulatorio y digestivo, entre muchos otros beneficios.
Incorporar más movimiento en tu vida diaria, es fundamental para mantener o recuperar tu salud y bienestar. UNA VIDA EN MOVIMIENTO ES LA MEJOR INVERSIÓN PARA TU SALUD!